Con cara de mayor
Decía una residente mayor hace un año que cuando los resis pequeños pasábamos por la rotación de Neonatología, se nos ponía cara de mayor. Yo pensé que era una tontería, y que no iba a cambiar por una rotación aunque sea bastante diferente del resto de especialidades. He visto compañeros mios salir de allí muy agobiados y con cara de póker, incluso algunos lo han pasado mal. Como mi carácter es bastante pasota, pensé que a mi nada de esto me podía influir.
Hace dos días una coerre a la que quiero un montón me dijo que me notaba muy cambiada respecto a la residencia, que estaba como más responsable y seria, con otra cara. Yo dije con una sonrisa: que va! para nada, si estoy muy bien! Pero la verdad es que luego pensando bien si es verdad que he cambiado mucho respecto a las maneras de ver las cosas y de hacerlas. Alomejor simplemente es que era demasiado optimista y confiada y necesitaba una llamada de atención para estar más alerta y más precavida.
Aqui me estoy dando cuenta de la verdadera medicina. Por la rotación de R1 pasas por situaciones poco estresantes, patologías muy banales, te hartas de ver niños colapsando la urgencia que nunca tiene nada. Ahora ves niños realmente graves (y eso que hasta r3 no pasamos por cuidados intensivos...) y situaciones en las que tienes que estar con los ojos bien abiertos. He visto niños que nacen en parada cardiorespiratoria y a los que tienes tu que remontar mientras vienen los de UCI, chiquitines ponerse críticos en 2 horas, coerres informando a unos recién estrenados padres que su hijo tiene Sindrome de Down... Y por no hablar de los prematuros de 23-24 semanas que se sacan para adelante con todas sus consecuencias...
La verdad es que me gusta la especialidad, pero lo que sé que no me va a gustar nada es cuidados intensivos neonatales, porque a mi parecer la linea ética alli es muy difícil de llevar, reanimamos a un niño que pesa 500 gramos? la mayoria de las veces la respuesta es si.
Comentarios
Tiene que ser muy duro que no despabilen... o que los padres se lleven alguna desagradable sorpresa que no esperaban... muy duro.
Arriba esa pediatra que se nos está haciendo mayor... y GRANDE.
Besotes gordos desde debajo de una montaña de manuales y tests...
Me ha preocupado siempre el factor ético de la medicina, y siempre procuro actuar éticamente. Aunque bien es cierto que existen límites en los que es muy difícil tomar una decisión.
En estos casos es muy importante la decisión de los padres. Pero es cierto que ésta está muy codicionada por nuestra información.
Ante la duda siempre parece más razonable elegir por la vida. Yo personalmente no reanimaría a un prematuro de 23 semanas o menor si los padres están de acuerdo (salvo que al nacer pareciera mayor) y siempre intentaría reanimar a un recién nacido mayor de 26 semanas.
Entre esos límites hablaría con los padres. Muy probablemente iniciaría reanimación, y también tengo claro que no emplearía medidas extraordinarias como la adrenalina o el masaje cardiaco si la evolución en la reanimación no es satisfactoria.
Un saludo, y me alegro de que hayas escrito un poco más.
Saludos!